“Es una oportunidad única”: jóvenes músicos ven en Nuevas Promesas un impulso real para el vallenato

“Es una oportunidad única”: jóvenes músicos ven en Nuevas Promesas un impulso real para el vallenato

Antes de subir al escenario del Parque de la Leyenda Vallenata, los protagonistas del Festival Vallenato Nuevas Promesas ya sienten que han ganado algo más que un concurso. Para ellos, esta cita representa la posibilidad de romper el anonimato y abrirse camino en un género que, aseguran, necesita seguir renovándose.

“Es una gran oportunidad para nosotros, las nuevas generaciones del vallenato”, coincidieron varios de los concursantes durante la rueda de prensa en la que se entregaron detalles del evento, que se realizará los días 19 y 20 de diciembre en Valledupar. Los artistas destacaron que no solo se trata de competir, sino de acceder a un escenario históricamente reservado para figuras consolidadas.

En total, 28 agrupaciones fueron seleccionadas entre más de 80 inscritas. El incentivo mayor es la grabación de un álbum profesional, un premio valorado en 120 millones de pesos, bajo la producción del maestro Rolando Ochoa, una oportunidad que para muchos resulta inalcanzable por cuenta propia.

Alejandro Vergara, concursante proveniente de La Guajira, resumió el sentir de varios participantes: “A veces el talento no es suficiente si no se tienen los recursos. Grabar un CD, hacer promoción, todo eso cuesta, y este festival nos abre una puerta que normalmente está cerrada”.

El simbolismo del lugar también pesa. Para Darwin Escobar, pisar el Parque de la Leyenda Vallenata es cumplir un sueño largamente postergado. “Llevamos años luchando por este folclor y estar aquí ya es un logro. Es una oportunidad que hacía mucha falta”, dijo.

El concurso contará además con artistas invitados de amplia trayectoria como Elder Dayán, Mono Zabaleta, Churo Díaz e Iván Villazón, quienes acompañarán las dos noches de competencia. Sin embargo, el foco estará puesto en los nuevos intérpretes, compositores y acordeoneros que buscan su primer gran salto.

Más allá del espectáculo, el festival pone sobre la mesa una discusión recurrente en el vallenato: cómo garantizar el relevo generacional y abrir espacios reales para quienes vienen desde abajo. Para los concursantes, Nuevas Promesas no es solo un nombre, sino una posibilidad concreta de futuro.