Estabilidad y dignidad laboral: el cambio que viven los docentes de la UPC bajo la rectoría de Rober Romero

Estabilidad y dignidad laboral: el cambio que viven los docentes de la UPC bajo la rectoría de Rober Romero

La Universidad Popular del Cesar (UPC) atraviesa una transformación que sus propios docentes describen como histórica. Lo que antes era sinónimo de precariedad e incertidumbre, hoy se percibe como estabilidad y dignificación profesional, gracias a las medidas implementadas bajo la rectoría de Rober Romero Ramírez.

Basta recordar los titulares de años anteriores para dimensionar el cambio: “Docentes de la UPC protestan por pagos atrasados” (2019, El Pilón) o “Contratos de tres meses generan incertidumbre en la UPC” (2021, RTA Noticias). Durante ese periodo, más de 1.200 docentes ocasionales y catedráticos vivían entre contrataciones trimestrales, pagos atrasados y desvinculaciones arbitrarias, incluso en casos de enfermedad o fuero sindical.

Un giro en la política laboral

Desde su llegada en 2022, Romero ha impulsado reformas que marcaron un antes y un después en la vida académica de la UPC:

  • Contratos de 10 meses para docentes ocasionales.
  • Aumento salarial del 9.54%, por encima del IPC.
  • Flexibilización del escalafón, que permite ascensos y mejoras en ingresos.
  • Convocatoria a concurso de mérito para vincular docentes de carrera.

Estas medidas no solo han mejorado las condiciones laborales, sino que también han repercutido en la calidad educativa y la permanencia estudiantil, respaldadas por estudios de la OECD y Colciencias.

Voces de los docentes

El profesor Gabriel Franco Maya, del programa de Educación Física, Recreación y Deportes, asegura que el cambio es evidente:

“En estos tres años se han evidenciado muchos avances gracias a la gestión del rector Rober Romero. Tenemos un laboratorio para el estudio del rendimiento deportivo, buenas instalaciones y una excelente dotación de elementos para las clases”.

Franco Maya también subraya el giro en la administración financiera:

“Pasamos de la incertidumbre en los pagos a una dinámica de cumplimiento puntual. Además, el avance en certificación de calidad de los programas refleja la gestión del rector”.

Una percepción similar comparte José Araméndiz Mejía, licenciado y docente de la institución:

“La Universidad estaba en un caos económico. Antes los pagos se demoraban y no éramos bien retribuidos; ahora, antes del 30 de cada mes estamos recibiendo el salario. Eso nos motiva a seguir adelante”.

Infraestructura y proyección

A la estabilidad laboral se suma la inversión en escenarios deportivos y académicos. Araméndiz destaca las construcciones en marcha, como el centro biomédico y el centro deportivo, proyectos que fortalecerán programas en Valledupar y Aguachica.

Con estas acciones, la UPC comienza a dejar atrás la imagen de crisis y precariedad que la marcó en el pasado, para abrir paso a un modelo de gestión enfocado en la estabilidad, la calidad educativa y la dignidad laboral de su cuerpo docente.