Nuevo ataque de EE. UU. en el Caribe deja tres muertos y eleva a 70 las víctimas de su ofensiva antidrogas

Nuevo ataque de EE. UU. en el Caribe deja tres muertos y eleva a 70 las víctimas de su ofensiva antidrogas

Un nuevo ataque de Estados Unidos contra una presunta narcolancha en el Caribe dejó tres personas muertas este jueves 6 de noviembre, informó el jefe del Pentágono, Pete Hegseth. Con este hecho, el número de fallecidos en la ofensiva estadounidense contra el narcotráfico en aguas internacionales asciende a por lo menos 70.

Según Hegseth, la operación se desarrolló en aguas internacionales y tenía como objetivo una “embarcación operada por una organización terrorista designada”. En la red social X, el funcionario compartió imágenes aéreas que muestran una lancha navegando antes de estallar en llamas. “Tres narcoterroristas masculinos murieron en la embarcación”, señaló sin entregar mayores detalles.

Desde septiembre, Washington adelanta este tipo de ataques en el Caribe y el Pacífico oriental, bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas. Sin embargo, organizaciones internacionales y expertos en derechos humanos han cuestionado las acciones, calificándolas como posibles “ejecuciones extrajudiciales”.

El Pentágono asegura haber destruido al menos 18 embarcaciones, entre ellas 17 barcos y un semisumergible, aunque no ha presentado pruebas que confirmen que sus objetivos eran narcotraficantes o que representaban una amenaza directa para Estados Unidos.

El secretario Hegseth lanzó un mensaje contundente tras el ataque: “A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir vivos, dejen de traficar drogas. Si continúan, los mataremos”.

En el marco de esta estrategia, la administración del presidente Donald Trump ha desplegado seis buques de la Marina en el Caribe, aviones F-35 en Puerto Rico y el grupo de ataque del portaviones USS Gerald R. Ford, además de realizar vuelos militares cerca de la costa venezolana.

El gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado estos movimientos como provocaciones y ha acusado a Washington de intentar derrocarlo, mientras Naciones Unidas ha advertido que los ataques podrían violar el derecho internacional.