
La tragedia golpea nuevamente a Afganistán. Un terremoto de magnitud 6,0 sacudió en la noche del domingo el este del país y dejó un balance preliminar de 812 personas muertas y alrededor de 2.500 heridas, según confirmaron este lunes las autoridades talibanas.
El portavoz Zabihullah Mujahid informó que la mayoría de víctimas se registraron en la provincia de Kunar, mientras que en Nangarhar la cifra se mantiene en 12 fallecidos y 255 heridos. No obstante, advirtió que el número de víctimas podría aumentar debido a la magnitud de la emergencia y a la dificultad para acceder a zonas remotas.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro del movimiento telúrico se ubicó a 27 kilómetros al este de Nangarhar, a ocho kilómetros de profundidad, lo que incrementó su poder destructivo. El sismo, ocurrido a las 11:47 de la noche (hora local), estuvo acompañado de al menos dos réplicas de magnitud 5.2.
Las labores de rescate comenzaron desde la madrugada, aunque se ven obstaculizadas por derrumbes y deslizamientos de tierra que han bloqueado las carreteras principales en la región. El ministro del Interior, Khalifa Sirajuddin Haqqani, ordenó a los funcionarios locales brindar asistencia inmediata a las familias damnificadas.
Reacciones internacionales
Irán, India y Pakistán fueron de los primeros países en ofrecer ayuda humanitaria. El presidente iraní, Masud Pezeshkian, expresó sus condolencias y aseguró que su país está dispuesto a enviar apoyo médico y logístico.
Afganistán es considerado uno de los países más vulnerables del mundo frente a desastres naturales, una condición agravada por décadas de conflicto armado, crisis económica y precariedad en sus sistemas de infraestructura y salud.
La catástrofe revive el recuerdo del terremoto de octubre de 2023 en Herat, que dejó más de 2.000 muertos y evidenció la fragilidad de una nación golpeada constantemente por desastres y emergencias humanitarias.