En una tragedia que ha conmocionado a la comunidad de Valledupar y al país, los cuerpos de Emiro Galvis Sanguino y Dionys José Sierra España fueron encontrados en una vereda rural de Tame, Arauca. Ambos hombres, miembros activos de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, habían desaparecido mientras se dirigían a Yopal con el propósito de comprar maquinaria amarilla.
Según se conoció, sus familias habían pagado más de 100 millones de pesos como rescate, pero tras 11 días de angustiosa búsqueda, el desenlace fue fatal. Este crimen ha desatado una ola de indignación en el ámbito nacional, con voces como la del senador Didier Lobo, quien denunció que este acto refleja la violencia que sigue golpeando a las comunidades trabajadoras del país.
La Iglesia Pentecostal lamentó profundamente la pérdida de estos servidores y clamó por una pronta investigación que permita esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. Las autoridades trabajan en la recolección de pruebas para avanzar en el caso.