Wiston Muegues deja un legado de puyas, versos y tradición vallenata

Wiston Muegues Baquero, ese juglar que convirtió en canciones la cotidianidad del Caribe, murió en su tierra, Manaure Balcón del Cesar, el mismo día que toda la región celebra a la Virgen del Carmen, una fecha que solía llenar de parrandas y versos. Un infarto silencioso le arrebató la vida en su finca de la vereda Sabana de León, donde había llegado para unirse a las festividades como lo hacía cada año.
Tenía 67 años, una vida entera dedicada al folclor, al aula y a la amistad. Fue mucho más que un compositor. Wiston fue cronista de la vida diaria, trovador de los barrios, cantor del pueblo. En 1999 y 2001 conquistó el Festival de la Leyenda Vallenata con dos puyas inolvidables: Los barrios del Valle y La estratificación, piezas que aún se tararean en esquinas y patios de parrandas.
Lo encontraron sin vida en su habitación, tras haber pasado la noche anterior en su casa de campo, como solía hacerlo en cada festividad religiosa. La noticia sacudió a Manaure y a todo el mundo vallenato. El alcalde del municipio, Juan Carlos Araújo, lo definió como “un alma de Manaure”, mientras la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y la Gobernación del Cesar expresaron su pesar por quien fue, más que un artista, un símbolo.
“Te nos fuiste, Wiston Muegues, y nos dejas arrugado el corazón”, escribió la Gobernación en sus redes sociales. Por su parte, el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco, lamentó la partida de “un defensor del folclor que dignificó la canción inédita”.
En medio de las festividades patronales, la Alcaldía de Manaure ha anunciado un homenaje póstumo para quien durante décadas convirtió vivencias en versos. Anoche mismo, en un acto cultural, su nombre fue recordado con aplausos y silencios dolidos.
El cuerpo de Wiston Muegues será velado en Valledupar, donde seguramente se le rendirá un adiós lleno de notas, recuerdos y gratitud por una obra que, como su voz, quedará para siempre.